Realmente, todos los motoristas (y sobre todo los periodistas) tenemos la tendencia natural a comparar a cada moto nueva que parece con otras que consideramos rivales. La verdad es que la gran mayoría de las ocasiones esto es así, por que las fábricas buscan tener buenas representantes de cada segmento ya instaurado y conocido, pero aquí estamos ante un caso muy especial. Por aspecto, desde luego parece una “muscle bike” estilo Yamaha V-Max 1700 o Harley Davidson V-Rod Muscle, aunque con un claro toque de diseño italiano. Pero nada más montarte sobre ella en parado, te das cuenta que no tiene nada que ver. Mover la Yamaha o la Harley exige haber desayunado fuerte y haberte comprado un bono de gimnasio unos días antes. En cambio, la Diavel puede que no sea un peso pluma, pero de verdad lo parece porque además la ergonomía te permite moverla con mucha facilidad.
Por otro lado están las naked deportivas, de las que ahora hay muchas y de calidad, pero no tienen esa estampa tan impresionante que luce esta Ducati. De entre todas ellas, la más similar sería la Suzuki B-King 1400, pero de nuevo estamos ante una diferencia de peso insalvable. Porque estamos ante una moto para los amantes de las motos de diseño, las deportivas y la última tecnología heredada de MotoGP y SBK: ABS deportivo, control de tracción y tres modos de conducción para 162cv de puro bicilíndrico de Bolonia y 207 kg de peso.
Desde luego, y en esto insistieron los chicos de Ducati durante la presentación, estamos ante una moto que está prácticamente sola en el mercado. Tener la sensación de llevar una gigantesca custom de diseño, con la agilidad de una naked deportiva y la potencia de una superbike, no tiene comparación.
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